En el verano pasado, cuando los equipos de la NBA perfilaban sus plantillas para la competición que acaba de terminar, tenía muchas dudas sobre los Toronto Raptors.
Me parecía descompensada. Demasiado de esto y poco de aquello. Un roster cogido con alfileres. Varios meses después, mis augurios estaban en lo cierto. Los canadienses están fuera de playoffs.
¿Culpables? Todos. Empezando por Collangelo, siguiendo por el técnico y terminando por los jugadores.
Los dirigentes no han sabido completar un equipo equilibrado, lleno de músculo por fuera y falto de centímetros por dentro. Se deshicieron de los tiradores y ficharon a Turkoglu, que tras hacer una gran año en los Magic a los que ayudó a llegar a la final de la NBA, se ha disuelto como un azucarillo en el café esta temporada, perdido en la apatía y la dedisia más absoluta.
El head coach es otro de los grandes responsables del fracaso de los Raptors. Ha quedado demostrado que Jay Triano, no está capacitado manejar un grupo de jugadores NBA.
Comenzó con Calderón, DeRozan, Turkoglu, Bosh y Bargnani como cinco titular y quinteto fiable para los finales de partido. Y ha terminado dándole más galones en el puesto de base a Jack, apostando por Weems y Wright como jugadores exteriores y utilizando más a Amir Johnson que venía como fondo de armario de Detroit que al resto de pívots suplentes. Soluciones equivocadas. Todos estos, no dejan de ser jugadores de nivel aceptable en la liga, pero están muy lejos de sustentar a una franquicia. Demasiada responsabilidad para ellos, teniendo además, hombres de mayor calidad a su disposición.
Uno de los mayores errores de Triano ha sido el lío que ha montado con los bases. Calderón tras su renovación el año pasado, debería de ser uno de los jugadores franquicia del equipo. Es cierto, que el extremeño, no ha tenido una buena campaña. Desconocido en sus porcentajes de tiro, lento en defensas y falto de ideas en algunas ocasiones. ¿A qué se debe que uno de los jugadores más inteligentes y fiables de la liga haya quedado en entredicho? A las lesiones y a la falta de confianza.
Calderón lleva dos años con muchos problemas físicos que le han impedido rendir al cien por cien. Esto es obvio. Pero una vez recuperado, debe ser él el que lleve las riendas del equipo. Y apostar por él. Triano no lo ha hecho. En el tiempo que José Manuel estuvo recuperándose otorgó a Jarret Jack la conducción del juego de los canadienses. No lo hizo mal, aunque el ex de Portland, no es un playmaker puro ni es regular en su juego. Cuando el español retornó a la cancha estuvo muchos partidos saliendo desde el banco. Él comenzó a frustrarse y las cosas no salían. El equipo se mantenía más o menos cómodo en plazas de playoffs, aunque nadie se fiaba de ellos por su intermitencia en el juego. Y entonces, Triano devolvió a la titularidad a Calderón. Pero era una titularidad falsa, ya que desde entonces, los finales de encuentro, están destinados para Jack. Entre los dos se repartían los mismos minutos y el barco de Toronto quedó a la deriva en el tramo final de la regular season, cuando más estabilidad necesita un equipo.
Esto no sólo pasó con los bases. DeRozan, gran primer año, pasa al banco, Turkoglu, también. Y empiezan a crecer otros jugadores.
Para colmo de males se lesiona Chris Bosh, que estaba teniendo su mejor temporada, buscando un gran contrato para la temporada que viene, ya que este verano es agente libre.
Además, Nesterovic que es el único center puro de la plantilla no cuenta y Evans, fichado para pelear debajo de la canasta, sale de una larga lesión y regresa totalmente fuera de forma.
Lo lógico, con tanta irregularidad, tantos sobresaltos y tanta falta de previsión y unidad en los criterios del entrenador, es que pase lo que ha pasado. Temporada mediocre y ausencia en la postseason.
¿Y ahora?
Creo que el equipo se desintegrará. Bosh no renovará. Se traspasará a Calderón y Triano dejará de ser el coach. Collangelo se marcha también. Por lo tanto no se avecinan buenos tiempos para los canadienses, que tendrán que reestructurarse y buscar en lo que tienen, Bargnani como buque insignia, y en el próximo verano, algo que ilusione de nuevo a sus seguidores.
Suena "I´ll be missing you" de Puff Daddy
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